¿Conducir en un charco puede dañar los frenos? ¡Estamos comprobando un mito popular!
Las tormentas de primavera pueden ser violentas y de corta duración. ¿Conducir en un charco puede dañar los frenos? Un mito popular circula entre los conductores. ¿Cuánto de cierto hay en él?
Los sistemas de frenado son actualmente sistemas muy avanzados. Constan de una serie de sensores que pueden dañarse durante el contacto excesivo con el agua. ¿Cuál es la realidad?
En el artículo:
El agua es el enemigo de los coches modernos
¿Pueden los coches entrar en un charco dañar los frenos?
Observar la carretera es lo primero
Discos de freno calefactados y contacto con el agua
¿Pueden los coches entrar en un charco dañar los frenos? Resumen.
El agua es el enemigo de los coches modernos
Todos los coches modernos que se han construido en el siglo XXI son básicamente ordenadores en funcionamiento. La fibra óptica y los sensores son ahora un estándar cada vez más extendido. Los sistemas de seguridad responsables del frenado de emergencia deben trabajar en estrecha colaboración con el sistema de frenos.
En el caso de los vehículos que se han inundado de forma importante, está muy claro cuántos sistemas electrónicos dejan de funcionar correctamente. El motor funciona de forma irregular, el sistema de infoentretenimiento no funciona o aparecen errores relacionados con la iluminación. Sin embargo, ¿pueden los coches entrar en un charco dañar los frenos, ya que un componente formado por pastilla, disco y pinza?

¿Pueden los coches entrar en un charco dañar los frenos?
Cuando la situación en la carretera nos obliga a conducir en un charco, existe una preocupación por los frenos. Entre los conductores circulan mitos de que el contacto repentino con agua fría puede deformar el disco de freno.
Por supuesto, un disco muy caliente puede dañarse después del contacto deliberado con agua fría en grandes cantidades. El enfriamiento repentino afectará la estructura del acero. Sin embargo, tales situaciones ocurren extremadamente raramente en el uso diario del automóvil. En condiciones estándar, e incluso en condiciones de conducción extremas, es prácticamente imposible dañar permanentemente los frenos al conducir en un charco.
Observar la carretera es lo primero
Es deber de cada conductor analizar activamente la situación en la carretera. Mirar hacia adelante con el automóvil le permite ajustar su velocidad y dirección de viaje. Gracias a esto, puede evitar o minimizar el riesgo de conducir en un obstáculo en la calzada.
Un charco es un obstáculo muy incierto en la carretera. Si está seco, conducir en el agua con un lado del vehículo puede hacer que las ruedas patinen. Además, la resistencia del agua reducirá la velocidad en cierta medida. Además, aunque conozcas la ruta, no estás seguro de la profundidad del charco ni de lo que hay debajo de la superficie del agua. Por lo tanto, si es posible, vale la pena evitar el charco.
Cuando conducir dentro del agua es la opción más segura, las circunstancias nos son favorables. Si hay una gran cantidad de agua en la calzada, es muy probable que la temperatura exterior sea moderada. El calor extremo excluye la presencia de charcos con agua fría. Y como resultado, incluso si el sistema de frenos se calienta mucho, no hay riesgo de enfriamiento rápido.
Discos de freno calientes y contacto con el agua
Conducir en condiciones extremas en la pista o en tramos especiales también conlleva un riesgo moderado de dañar los frenos al entrar en un charco. Los discos y pastillas de freno Rotinger diseñados para frenadas frecuentes a altas velocidades están hechos de aleaciones metálicas duraderas.
Además, suelen existir condiciones de transición entre un clima cálido y soleado y un chaparrón repentino. Además, el agua en forma de lluvia enfría el sistema de frenos. Los conductores deben adaptar su estilo de conducción a las nuevas circunstancias. Conducir bajo la lluvia reduce al mínimo las frenadas repentinas. Por lo tanto, la temperatura media de las pastillas y los discos de freno disminuye. Cuando la cantidad de agua en la pista es lo suficientemente grande como para crear charcos, todos los puntos críticos del sistema de frenos, incluido el conductor, se adaptarán a las condiciones actuales.
¿Conducir en el agua puede dañar los frenos? Resumen.
Con base en los ejemplos anteriores, es fácil concluir que conducir en el agua en sí no debería dañar los frenos mecánicamente. Existe una probabilidad mucho mayor de que la electrónica falle en los autos usados. Los sensores encargados de controlar el sistema ABS o ESP pueden resultar dañados por el uso diario y la humedad. Como resultado, proporcionan datos incorrectos a la unidad de control.
Tal desarrollo de la situación puede tener un impacto negativo en el funcionamiento del sistema de frenos. Entonces, lo más frecuente es que aparezca la luz de advertencia amarilla del ABS en el tablero de instrumentos. Informa al conductor de que hay un problema con el funcionamiento de este sistema o sus derivados. Por lo tanto, se recomienda precaución.
En tal caso, si nos sentimos inseguros al volante, recomendamos detener el vehículo en un lugar seguro y evaluar la eficiencia del sistema de frenos. Si la luz de advertencia del ABS es motivo de preocupación, es razonable llamar a la asistencia en carretera y consultar la avería con un servicio profesional.
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